PROYECTO CULTURAL DE PROMOCIÓN DE LECTURA LITERARIA
“… un tango puede escribirse con
un dedo, pero con el alma, porque un tango es la intimidad que se esconde y es
el grito que se levanta airado, desnudo… Un tango está en el aire como el aire,
está en el vuelo curvo de los pájaros, en la esquina distante y en la pared
descascarada que muestra una llaga de ladrillos…”
Enrique Santo Discépolo (Texto
inédito)
Es
el fenómeno más asombroso que se haya dado en el baile popular. Desde su mismo origen no fue percibido como lo
que en realidad era: una genuina creación de la clase baja, producto del hibridaje
y de las oleadas inmigratorias llegadas al puerto de Buenos Aires entre finales
del siglo XIX y comienzos del XX. Su historia es una parábola singular que va de
las entrañas del pueblo a los libros y a las conversaciones de los
intelectuales; de humildes cafés suburbanos y academias de baile al mismísimo
Teatro Colón. Una vez que fue legitimado en París, la clase alta argentina lo
adoptó. Pero este controvertido baile ha sido sucesivamente reprobado,
ensalzado, satirizado y analizado.
Origen híbrido,
sentimiento triste que se baila, lágrima de bandoneón, noche y cabaret… el tango hace
metafísica sin saberlo y sus letras son un verdadero espejo en el que mirarnos
y, al mismo tiempo, un refugio donde en ocasiones hallamos consuelo y sabiduría
de vida.
¿Por
qué tiene tanta repercusión en la literatura? Tal vez porque hoy, a la distancia,
podemos intuir la universalidad y
eternidad de su esencia.
Por
eso, cada “dos
por cuatro”, UN PASO UN TANGO.
SOLEDAD, LA DE BARRACAS
Es un tango de 1945 con música de Roberto Garza y letra de Carlos
Bahr.
Escuchá Soledad , la de Barracas interpretado por Tita Merello
Aunque
no tuve colegio
a
nadie supe faltar.
Hoy
ando medio animado
con
unos tragos de más.
Es que
evocando el pasado
se me
dio por festejar.
Como
no tengo costumbre
media
copa me hace mal.
Disculpen
si me he pasado.
No me
gusta importunar,
pero
charlo demasiado
cuando
tomo un par de tragos
y me
da por recordar.
La
cosa fue por Barracas.
La
llamaban Soledad.
No
hubo muchacha más guapa...
Soledad,
la de Barracas,
que me
trajo soledad.
Para
servirlos, Vallejo,
bastante
mayor de edad.
Conozco
mejores días
y supe
andar en señor.
Uno
está abajo o arriba
según
mande el corazón.
Todo
ha cambiado en mi vida
por
una historia de amor.
UN PASO UN TANGO
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El Choclo
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