UN PASO UN TANGO

domingo, 20 de agosto de 2017

MÁS GIRONDO POR FAVOR



MÁS POESÍA POR FAVOR

Una iniciativa que pretende acercar la poesía al gran público, al pueblo, la gente común que camina por las calles. Inspirada en la intervención urbana "Mais Amor Por Favor" (2009) de Ygor Marotta esta propuesta ambiciona lograr que el espectador se asombre por el contenido de la oración introducida en el contexto cotidiano. 
Intenta  sorprender y provocar, al menos, una sonrisa en la lectura y transmitir el mensaje. Se trata de un pedido, una invitación, en medio de la continua velocidad, la vorágine de la rutina, la agresividad o la indiferencia con que pasan los días en "las ciudades que no pueden parar". 
La intención es la concientización social a través de las líneas de  dos poetas, que, como piezas de rompecabezas, se incrustan y conjeturan la posibilidad de otra realidad  que expresada desde los versos  sea capaz de transformar el mundo.
Por un lado, Oliverio Girondo muestra el trabajo estético de la escritura que se subleva contra el canon tradicional, revelando "otra imagen “de lo cotidiano a través de un lenguaje vanguardista. Por el otro, la poesía de Mario Benedetti porta los ideales de utopías posibles y es la voz del autor comprometido que impulsa las posibilidades de un cambio. Así, usando un póster como el soporte portador de los textos de ambos poetas se construye un espacio en la cotidianidad  integrado por un doble compromiso: el estético, en la revolución vanguardista de la palabra; y el ético, en la revolución social con la palabra.

El deseo, justamente  en una época de elecciones, en la que abundaban consignas políticas, es que las poesías pueblen lugares y sus mensajes se expandan interpelando límites a modo de campaña, revalidando su poder, su vigencia y su singularidad. SUMATE, ¡hagamos campaña! ¡MÁS POESÍA POR FAVOR!

EXPLORA LA GALERÍA DE POESÍAS


Ingresa cliqueando o pinchando sobre la imagen.Elige la que más te gusta.Guarda en tu dispositivo y comparte en todas partes.


IPEM Nº276
"Ricardo Coloccini" de  Slidely Gallery by Slidely Photo Gallery


En “Más poesía por favor” se concreta el paso de lo individual a lo colectivo, el arte como una herramienta de transformación social y las redes sociales como espacio de construcción del movimiento.  


IPEM Nº276
"Ricardo Coloccini" de  Slidely Gallery by Slidely Slideshow


 Además, descubre la “traduzione in italiano” de algunos de sus versos.


"La costumbre nos teje diariamente
 una telaraña en las pupilas."
"Llorar a lágrima viva.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorar de amor, de hastío, de alegría."














"Frescor de los vidrios al apoyar
 la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse 
nos dejan todavía más solos."
"No les perdono, bajo ningún pretexto,
que no sepan volar.
Si no saben volar
¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!"



LA CALLE SE LLENA DE POESÍA


Imágenes de la  intervención urbana, desde las distintas miradas, los poetas elegidos, el arte, la cultura gritan optimismo.
¿Por qué no pensar en un mundo dónde la poesía nutra y transforme el paisaje urbano? La apuesta es  al poder revolucionario de la palabra como columna vertebral de una sociedad que si leyese más poesía sería, sin dudas, más humana.
Se trata de volver a las bases, de dar un descanso al ojo humano frente a tanto consumismo y “deber ser/tener”, regalándole por el contrario algo que lo haga pensar, salir del letargo de la rutina. Este es el hilo conductor  que decide tomar las calles y generar  este cruce cotidiano con la poesía que sale al encuentro, que asalta sin previo aviso.

¿Y qué mejor lugar que las calles para expresarse? Espacios públicos, a la vista de todos, de aquellos transeúntes que distraídos y casi sin notarlo se ven empapados en su cotidianidad por poesía.

MÁS GIRONDO POR FAVOR


A 50 años de su muerte, “El escritor que supo volar”  continúa marcando una línea literaria que enamora a los lectores ávidos de nuevos horizontes poéticos. “Más poesía por favor” rinde  homenaje al escritor, poeta, dibujante y artista argentino  Octavio José Oliverio Girondo.
Nació el 17 de agosto de 1891 en Buenos Aires, en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió  educarse  en  Londres y en  París.  De regreso a Argentina estudió Derecho. Sus viajes al viejo continente,  le permitieron introducirse en los diversos círculos de las nuevas corrientes estéticas. Empezó en esa época sus colaboraciones con diferentes revistas porteñas, como Plus Ultra y la  conocida Caras y caretas. Publicó su primer libro Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. El año siguiente lo dedicó a recorrer España y a gestar el que sería su segundo libro de poemas, Calcomanías, publicado en 1925.
De regreso en Buenos Aires, fundó el periódico Martín Fierro. En 1932, publicó  Espantapájaros. La presentación del libro tuvo lugar en Buenos Aires, Oliverio hizo una réplica en papel maché del espantapájaros que el pintor Bonomi había diseñado para la tapa del libro, el cual fue colocado,  en una carroza coronaria tirada por seis caballos. Al mismo tiempo, alquiló un local en la calle Florida atendido por hermosas y llamativas muchachas para la venta del libro, el cual se agotó en un mes.
Luego siguieron Persuasión de los días, Campo Nuestro y finalmente En la masmédula.
Se casó con Norah Lange y  en su casa de Suipacha, a modo de salón literario, se reunían: Edgar Bayley, Carlos Latorre, Francisco Madariaga, Olga Orozco, Aldo Pellegrini, entre otros.
Sufrió un accidente en 1961 que lo dejó disminuido durante los últimos años de su vida. Murió en Buenos Aires el 24 de enero de 1967.

MÁS SOBRE SUS VERSOS


"¿cuál es el verso preferido?
La poesía siempre es lo otro,
aquello que todos ignoran hasta que
lo descubre un verdadero poeta."
(Fragmento de  Membretes, 1926)
Pocos escritores pudieron ofrecer una idea tan definida de la vanguardia como Oliverio Girondo. Desde su primer poemario hasta sus últimos escritos, el autor construyó un universo que se desafió a sí mismo en cada verso.
Siempre fue su intención desterrar la poesía de los círculos de la elite y llevarla a la realidad cotidiana de las grandes ciudades, sin por eso perder la capacidad de experimentar. Con una inigualable carga de humor e ironía, los poemas de Girondo guardan un único objetivo: la exaltación permanente de la vida.
La obra de Girondo se reduce a apenas seis libros, pero acaso esa misma brevedad es la que enfatiza su contundencia y a través de ellos, logra  revolucionar los temas, estilos, y hasta el lenguaje mismo: Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925), Espantapájaros (1932), Persuasión de los días (1942), Campo nuestro (1946), En la masmédula (1953).

El amor, el sexo, las sensaciones, los lugares  se presentan como imágenes que se agolpan, se concatenan y nos muestran el interior del autor, sus amores, sus sexos, sus sensaciones y sus lugares. Figura de una poesía rupturista que lejos de embellecer las cosas de manera lejana, con adjetivos forzados plasma una realidad que es su realidad. Espantapájaros sugiere una vuelta de tuerca a ese mundo, una rebelión poética de los más recónditos sentimientos humanos. La metáfora se vuelve corpórea y se pueden dibujar las figuras en la mente de las palabras que se plasman en el papel. Hay también en estos poemas una sensualidad nueva, mucho más intensa que la que había aparecido en sus composiciones anteriores y que da lugar a composiciones tan conocidas como el célebre poema «1» («No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo...») o el no menos reproducido poema «12» (Una pareja que se mira, se presiente y se desea). 

MÁS SOBRE EL POEMA 1




No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. ¡María Luisa! ¡María Luisa!… y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera… aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
Oliverio Girondo
(Espantapájaros, 1)

Instaura en este poema una serie de oposiciones: la belleza física versus belleza interior; la  mujer etérea o la pedestre; lo sublime o lo vulgar. La mujer  que lo complementa es la que vuela, esa  que sueña, que se siente libre y está viva. Así es María Luisa. Un amor idílico, basado totalmente, en todas las virtudes que ella posee y no en su apariencia física; lo llevan  al rechazo hacia cualquier mujer que no sea sublime.
Es importante ver cómo con pocas palabras es capaz de expresar algo  difícil de explicar. En la mayoría de la literatura y, en concreto en la poesía, la belleza física es algo que revoluciona a los poetas, que los atrae. Sin embargo, en su propuesta ideológica,  la belleza real que se debe percibir en una mujer es la interna.

MÁS SOBRE EL POEMA 12



 Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
                                             Oliverio Girondo
                                            (Espantapájaros, 12)

Esta es la única composición escrita en verso en la obra. En primera instancia, el sujeto lírico se expresa en tercera persona del plural. El pronombre ‘se’ marca la anáfora cuyo mecanismo de repetición incide en la secuencia de actos recíprocos dispuestos en progresión ascendente. El espacio de indeterminación lleva al lector a cuestionarse: ¿quiénes se besan?, ¿quiénes se acarician? En resumen, ¿quiénes son los sujetos de la acción? La respuesta es los amantes. Ese juego con el lenguaje que aparece a través de la enumeración verbal  tiene la capacidad no solamente de crear un poema, sino también de transmitir las sensaciones y sentimientos del poeta. No se   trata sólo de un listado o acumulación. Los cuatro primeros versos nos hablan de los sentidos. Así, el primer verso refleja el sentido de la vista y nos muestra una situación espacial y sensorial. Ambos protagonistas están en un lugar concreto y existe una atracción. En el segundo verso, aparece el tacto. El contacto físico, que da paso en un tercer verso, al  olfato que se convierte en  el sentido del sexo. Capta el olor de cada uno de los amantes que acrecientan el deseo. En el cuarto verso aparece el gusto, saciando su ambición de probarse, de comerse mutuamente. No aparece directamente  el del oído. Sin embargo, somos conscientes de  su presencia a través de los otros sentidos. La pasión se mantiene y se acrecienta de tal manera que parece concretarse  el contacto físico. La serie de versos expresa la concatenación de imágenes poéticas con una rica sensualidad que permite la sublimación y el encuentro con el otro.
La compenetración de los sujetos se efectúa por la poesía y el erotismo, que al enlazarse permiten, en primera instancia, ir del plano individual al colectivo. El hombre se hace consciente de sí, para luego buscar punto ontológico común que lo une con el otro. La finalidad del poema es comprender, y por tanto, comprender-se mediante la fusión del yo y el tú. La forma recíproca del pronombre indica que acción realizada por un sujeto incide en el otro y viceversa, todo queda entre ellos. Esta idea se refuerza porque al final ambos individuos se funden en uno.

MÁS LECTURAS




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario